En Francia, un mahometano le rompe la nariz a su esposa de 24 años de edad, porque ésta tuvo la ocurrencia de retirarse el velo a causa del calor. En Italia, un marroquí le destroza a puñetazos la nariz a su hija. Motivo: la adolescente se negó a cubrirse con el velo islámico.
Una pareja mahometana, con residencia habitual en Lile, fue a Marsella de vacaciones para visitar, al parecer, las más bellas mezquitas de la ciudad. Y para reponer fuerzas a la caída de la noche, momento muy esperado por la morisma por cuanto ya se lícito (halal) papear durante el Ramadán, ambos se dirigieron a un supermercado para adquirir las preceptivas viandas. Sin embargo, a causa del calor, la musulmana, de manera instintiva, retiró de su cabeza por un momento el velo, hecho que fue observado por el moro como un acto impío, por lo que procedió a patear y golpear a su consorte. El mahometano, por destrozarle la cara a su cónyuge, ha sido juzgado y condenado a 2 años de prisión. Durante 6 meses el creyente de Alá será huésped del Estado y no podrá poner sus manos y pies en la persona de su querida mujer, aunque después la vida conyugal de la pareja volverá a la “normalidad”.Pero en otros lares de la Unión Europea también son pateadas las mujeres desobedientes que no se cubren con el velo. Y ejemplo de ello es el curioso caso del padre marroquí que en Módena, ante los estupefactos clientes que se hallaban en un supermercado, apaleó a su hija adolescente que se negó a llevar el velo y rechazó un matrimonio convenido.
Y ante esta realidad, Amnistía Internacional, organización muy preocupada por el “derecho al aborto”, emite fatuas que defienden el uso del burka y el niqab, siempre y cuando la víctima que debe vestir la mortaja muestre su asentimiento, por supuesto.
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